Recuerdas cuando solíamos mirarnos al espejo mientras escuchábamos esa canción de Radiohead que tanto nos gustaba, No surprises. Aun no sé cómo explicarlo, pero desde que rompiste aquel espejo las cosas no han vuelto a ser igual. ¿Lo rompiste tú o fui yo? Eso no importa ahora. Fui yo quien trató de repararlo. Fue duro hacerlo, los pedacitos estaban regados por todas partes. Había pedazos en el parque, había pedazos en la casa de Marco, había muchos esparcidos por toda la Universidad, unos cuantos en los microbuses que van al Callao, otros escondidos entre las tarjetas de aniversario de Wong, uno que otro oculto en algunas de las mesitas de los pequeños cafes del jirón Lima. Hasta encontré uno en la mochila de Frau Ayllon. Como ya dije, fue difícil repararlo. Primero, porque me tomó mucho tiempo encontrar todos los pedazos, sobre todo el último que estaba tirado en las gradas del edificio donde vives, lo peor es que tuve que subir hasta el piso 17. La señora de limpieza me miraba raro. Supongo que tenía razón, me pase buscando piso por piso, grada por grada. Parecía una loca. En fin, cuando ya tenía todos los pedazos reunidos me dispuse a comenzar la ardua tarea de reparar nuestro espejo. Mi abuela siempre usó Soldimix extra fuerte para reparar casi todo. Compré varias tubitos. Hice la mezcla y comencé a pegar cada pedazo. El espejo quedó increíblemente reparado, claro, con una gigantesca grieta en la mitad, bueno, a mi no me importo, porque, a final de cuentas, era un espejo muy especial. Aunque se viera algo feito yo igual lo iba a querer. Sin embargo, tú no lo tomaste tan positivamente, cuando te lo mostré tú no quisiste verlo. Te rogué, supliqué…Solo dale un vistazo, aunque sea por última vez, te dije. Insistí e insistí, hasta que finalmente accediste. Nos paramos una vez más frente al espejo como en los viejos tiempos, pero la figura se veía distorsionada. Yo seguía sonriendo, tú solo mirabas. Te perdiste un momento en tus pensamientos. Cuando volteé para decirte que todo estaba solucionado, tú ya no estabas. Agaché la cabeza un momento, luego me miré al espejo. Mi parte estaba intacta….
9 comentarios:
Me gustó tu relato. Cuando mencionas a Frau Ayllón... lernst du Deutsch?
Te dejo muchos saludos berlineses.
Una preciosa entrada la de hoy
Un abrazo
Ja, ich lerne Deutsch :D, Marisol
Un abrazote para ti también Sibe :3
Buenísimo leerte.
Saludos.-
Te dejo otro saludo. En la última entrada de
http://loscuentosdemarisol.blogspot.com he escrito una historia sobre un espejo. A ver si te gusta.
Te dejo muchos saludos. Bis bald!:-)
Me gusta tu blog (:
un espejo... tu reflejo segui igual, pero el otro.. no... una historia, una busqueda, una lucha... el corazon nunca se detiene de latir, solo para morir.. cada dia morimos un poco.. pero vivimos un poco tambien!! el amor esta todos los dias! un abrazo kiri
lo importante es reconocernos en nuestro propio reflejo. Preciosa entrada, Kiri
unbeso grande
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